Los Ojos del Guadiana se abren de nuevo

Los Ojos del Guadiana son uno de los puntos considerados popularmente como el nacimiento, o renacimiento del Guadiana. Hoy día se considera que el Guadiana no nace en un punto concreto, sino que se origina a partir de una cabecera compuesta por la confluencia de varios ríos, arroyos y acuíferos. El principal es el Guadiana Alto o Guadiana Viejo que nace más arriba de las Lagunas de Ruidera y que tras pasar las mismas y el embalse de Peñarroya, termina infiltrándose en el terreno calizo a la altura de Argamasilla de Alba en el Acuífero 23 o de La Mancha Occidental. La corriente vuelve a aparecer más al oeste en Villarrubia de los Ojos para confluir en las Tablas de Daimiel con los ríos Gigüela y Záncara y dar origen al Guadiana.

La teoría clásica, ya apuntada por Plinio el Viejo es que había un tramo subterráneo y un río que aparece y desaparece (de ahí la expresión “ser como el Guadiana” utilizada cuando algo sucede a intervalos irregulares o cuando alguien o algo desaparece y reaparece sin avisar). No existe pues un cauce subterráneo, sino una masa de agua subterránea que desbordaba literalmente por una serie de surgencias manantiales hasta el año 1984 en que, debido a la sobreexplotación del acuífero, el agua dejó de manar.
En este invierno de 2012, y debido a las copiosas lluvias de los años 2009-2010 y 2010-2011, que fueron un 50% por encima de la media, han comenzado a aparecer nuevos ojos, es decir agujeros en la tierra por donde desborda el acuífero 23, a un par de km aguas debajo de donde está situado el cartel de ‘Los Ojos del Guadiana’ y también un poco más al oeste en las Tablas de Daimiel. La recarga del acuífero, que se produce con retraso respecto al régimen de lluvias, ha elevado el nivel del mismo de manera que el 7 de abril pasado "los niveles del Acuífero ahora mismo se situarían a 9,25 metros en los 'Ojos del Guadiana', a 7 metros en el Molino de Zuacorta, a 3 metros en el molino de Griñón y en el molino de Molemocho, la entrada del Guadiana a Las Tablas de Daimiel, el agua estaría manando de forma natural".
Las Tablas de Daimiel, declaradas como Parque nacional en 1973, han venido secándose desde que en 1956 el gobierno franquista promulgara la "ley sobre saneamiento y colonización de los terrenos pantanosos a los márgenes de los ríos Cigüela y Záncara" para transformar "terrenos incultos de carácter pantanoso o encharcadizo" en regadío. Además de estas obras, miles de pozos muchos de ellos ilegales contribuyeron a sobrexplotar el acuífero 23, que llegó a tener un déficit del orden los 3.750 hectómetros cúbicos y estar a una profundidad de 35 m. El Gobierno y la Junta de Castilla-La Mancha anunciaron unl Plan Especial del Alto Guadiana para regularizar pozos y comprar derechos de agua. En total 3.000 millones de pesetas para recuperar los ojos en dos décadas que si bien no llegaron en su totalidad, sí que hicieron que la sociedad y los agricultores tomaran conciencia de que la situación los llevaba a la ruina.

En octubre de 2009, y tras la prolongada sequía, la turba del subsuelo comenzó a arder en las Tablas, un fenómeno habitual fuera del Parque Nacional, pero que allí dentro nunca había sucedido y que por fortuna ha cesado gracias al aumento del nivel del acuífero.
Los nuevos ojos pueden desaparecer si continúa la falta de precipitaciones de estos dos últimos meses y comienza la temporada de regadíos que en los peores años superaron los 600 hectómetros cúbicos, el triple de la recarga media del acuífero. Según Miguel Mejías del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) ”se producirá un lento descenso del nivel piezométrico que volverá a situar este por debajo de la cota del terreno y dejarán de aparecer estas nuevas surgencias".
Ahora hay condiciones para recuperar el ecosistema pero la decisión es política. Según Mejías "La recuperación no se puede confiar solo a la aparición de esporádicos episodios húmedos". Parece que el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente prepara una reforma legal de urgencia para impedir "un nuevo deterioro del acuífero", para lo cual "reordenará los derechos de uso de las aguas tendente a la recuperación ambiental de los acuíferos". El tiempo dirá si los nuevos Ojos siguen manando o no.

Fuentes: Wikipedia, Efe Verde y El País